9 de noviembre de 2009

Contradicciones.

Cómo saber... que es real y que no. A donde va la gente, los edificios, los maletines y los trajes. Todo girando, no es el tiempo el que pasa, somos nosotros. Yendo viniendo y volviendo, siempre olvidando. Cómo saber que hacer, que decir.
¿Y por qué hay que preguntar?
¿Por qué las dudas, las contradicciones?
Sé que no soy solo yo, el ser humando en sí es una contradicción. Hay tantas cosas que callamos y se lucha tanto por esconder por ocultar que pareciera ridículo. ¿Por qué resulta tan difícil desnudarse enfrente del otro, sin barreras, sin restricciones... Si fuésemos realmente nosotros, constantemente, en el ambiente de cambio continuo, seria tan caótico? Imaginar que cualquiera puede ver lo que haces cuando estás solo, o lo que pensas en los momentos que la mente dice basta, esto es una locura. Si pudiésemos gritar todo, llorar en el contexto más inapropiado, y reír ante un te quiero. Callar a alguien con un beso, repartir abrazos a desconocidos... Hacer flores con algodón y recitar cuadros. Poder pescar sonrisas usando angustia de carnada, y
deshojar
canciones
que
flotan
entre mi almohada y la tuya.

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